De los árboles frutales,
me gusta el melocotón;
y de los reyes de España,
don Alfonso de Borbón.
¿Dónde vas, Alfonso Doce,
dónde vas triste de ti?
Voy en busca de Mercedes
que hace tiempo no la vi.
Ya Mercedes está muerta,
muerta está, que yo la vi,
cuatro duques la llevaban
por las calles de Madrid.
Su carita era de cera,
y sus manos de marfil,
y el velo que la cubría,
de color de carmesí.
Sandalias bordadas de oro
llevaba en sus lindos pies,
que se las bordó la infanta,
la infanta doña Isabel.
El manto que la envolvía
era rico terciopelo,
y en letras de oro decía:
“Ha muerto cara de cielo”.
Los caballos de palacio
ya no quieren pasear,
porque se ha muerto Mercedes
y luto quieren llevar.
Los faroles de las calles
con grasas negras están,
porque se ha muerto Mercedes
y luto quieren llevar.
Ya murió la flor de mayo,
ya murió la flor de abril,
ya murió la blanca rosa,
rosa de todo Madrid.
Al entrar en el Palacio,
una sombra negra vi;
cuanto más me retiraba,
más se venía hacia a mí.
No temas Alfonso Doce,
ni te asustes; ¡ay de mí!
que soy tu esposa Mercedes,
que te viene a recibir.
Cásate, buen caballero;
cásate y no estés así;
la primera hija que tengas,
la llamarás como a mí.
Juan Luis Guerra
Hace 14 años
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