Delacroix, al igual que otros artistas y literatos (Ej. Lord Bayron) sintió una gran atracción por la guerra que los griegos sostuvieron con el Imperio Turco en pos de su liberación y la constitución de un Estado independiente. Fruto de este interés es “La Matanza de Quíos”, una de las obras más representativas del arte del romanticismo.
Representa un grupo de griegos que ha sido masacrado por los turcos en la brutal represión que tuvo como escenario la isla de Quíos, en 1822, cuando el sultán mandó sus tropas para sofocar la rebelión griega. Murieron más de 20.000 personas y los niños y las mujeres fueron esclavizados. Éste y otros hechos provocaron gran indignación en Occidente y animaron a Gran Bretaña y Francia a intervenir (más tarde lo haría Rusia) en el conflicto a favor de los griegos.
Desde el punto de vista artístico, Delacroix se vale del movimiento y la perspectiva en escorzo para dar fuerza y expresividad a la composición. Se vale para dar realce a la escena de los rostros de los vencidos, cuyo abatimiento contrasta con la altivez del soldado turco que monta a caballo, que sostiene entre sus manos una mujer desnuda.
Predominan el color y el movimiento, así como la dispersión compositiva. El paisaje del fondo adquiere gran relieve, destacando el cielo con sus peculiares tonalidades.
Representa un grupo de griegos que ha sido masacrado por los turcos en la brutal represión que tuvo como escenario la isla de Quíos, en 1822, cuando el sultán mandó sus tropas para sofocar la rebelión griega. Murieron más de 20.000 personas y los niños y las mujeres fueron esclavizados. Éste y otros hechos provocaron gran indignación en Occidente y animaron a Gran Bretaña y Francia a intervenir (más tarde lo haría Rusia) en el conflicto a favor de los griegos.
Desde el punto de vista artístico, Delacroix se vale del movimiento y la perspectiva en escorzo para dar fuerza y expresividad a la composición. Se vale para dar realce a la escena de los rostros de los vencidos, cuyo abatimiento contrasta con la altivez del soldado turco que monta a caballo, que sostiene entre sus manos una mujer desnuda.
Predominan el color y el movimiento, así como la dispersión compositiva. El paisaje del fondo adquiere gran relieve, destacando el cielo con sus peculiares tonalidades.
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